10.24.2012

Tanto y tan calvo

Se te hace un tanto extraño volver a escribir aquí; llevas ya tantos días, semanas y meses dedicándote a algo "con futuro", y "productivo" que te has olvidado de las pequeñas banalidades que una vez solían ayudarte a descargar la mente y, en ocasiones, hasta a alegrarte el día. Recapitulemos, pues, ¿qué ha sido de ti este tiempo? ¿Has vivido un cuento de hadas, has dormido en pesadillas, te has dado por vencida, has llegado a lo más alto? ¿Qué has sentido con todas tus ganas y qué has lamentado sentir? Demasiado contenido en poco tiempo. 

No dejas de pensar aquello de que el tiempo es relativo; un momento piensas "qué día tan espantosamente largo" y al siguiente miras el reloj, sonriente, mientras sales por la puerta. Qué semana tan larga, qué cantidad de trabajo, cuántas frustraciones por acusar, cuántas emociones por reprimir. Y tal cual lo piensas, es viernes por la tarde y estás tirada en el sofá viendo unos dibujos animados que te sabes de memoria. Estás empezando a pensar en ti misma como una memoria RAM - procesas y sintetizas muchísima información en poco tiempo y, en cuanto el lapso en cuestión llega a su fin, todo se borra. No recuerdas qué demonios desayunaste esta mañana, ni qué preguntas entraban en el examen de hace media hora, y no te importa. Lo curioso es que tampoco te acuerdas de cosas que dijiste hace tres días, o dos semanas, o un mes. Son cosas sin importancia o recuerdos que no quieres desenterrar.

Sin embargo, recuerdas perfectamente cómo te sentiste el otro día cuando viste esa sonrisa en Su cara, recuerdas cada segundo de la noche que te escuchaste el recién estrenado disco de tu ídolo, recuerdas las veces que te has ruborizado o reído a carcajadas. Eres consciente de que probablemente hayas comentado la misma canción y contado la misma anécdota ciento trece veces en lo que va de día, pero te da igual, y vuelves a contarla otra vez. Sabes que tus amigos han dejado de escucharte, o que te intentan asesinar con la mirada a la vez que te dicen "¡Eres una pesada!", o que se te pone carita de bizcocho (como decía una buena amiga del campamento) cuando hablas de esto o aquello.

Recapitulemos, pues. ¿Qué demonios ha pasado este tiempo que has estado yendo por el carril de la izquierda? No sabrías muy bien qué contestar. De alguna manera (milagrosamente) has bloqueado casi todos los malos recuerdos y las experiencias amargas y te has quedado con esas sonrisas que te acunaban en sueños y esas nuevas canciones y momentos que no se te van de la cabeza. 

Como siempre, extremista y llevando la contraria: tanto y tan calvo, vaya. 

10.20.2012

Artículo aleatorio

El público consume telebasura porque no se le ofrece otra alternativa:

A las cuatro de la tarde, justo después del parte y en la "hora punta" del descanso de toda España, me arriesgo a decir que un 99% de los mandos a distancia pulsan, casi al unísono, el botón del número 5: empieza el programa del corazón (o eso es lo que me imagino que era hace unos pocos años, porque ahora lo que yo veo es que la masiva explotación de los tres famosos que tenemos en el país ha llevado a una degradación un tanto denigrante del programa). Pruebo a cambiar de canal, y me acabo quedando dormida con un tierno documental de La Dos, ya que la alternativa de la telenovela barata con 1783 capítulos y 27 temporadas me atrae tan poco como el gallinero que hay montado en Telecinco.

Esta rutina nos asalta entre semana, pero ahora se acrecienta cada vez más durante los sábados y domingos, cuando es casi imposible encontrar una buena película que ver a la hora de la siesta; ni los dibujos se salvan. La culpa de esta simplificación tan superficial de la televisión que nos ha dejado sin elección alguna no puede recaer por completo en las máquinas de hacer dinero que son las cadenas, sino también en la elección de una audiencia que, entre noticia catastrófica y corte de digestión por la amargada sociedad, se lanza de cabeza al entretenimiento "básico" que ofrecen estos programas. Es un círculo vicioso, vaya.

El problema lógicamente es que, como buen círculo vicioso, tanto la demanda como la oferta va degenerando cada vez más, hasta el punto de poder compararse con el tierno documental de animales salvajes de La Dos -aunque me atrevo a decir que los bípedos son más gruñones. Leí una vez que <<los canales de televisión son el mejor reflejo del país en el que estás>> y en un desesperado intento de buscar una excusa a esta enorme y triste verdad recordé que aquel que tiene el control de la información posee el poder supremo; así, en el mundo cultural en todos sus ámbitos se ha visto monopolizado por Don Dinero, y en consecuencia la población está absorbiendo a una velocidad vertiginosa esta desinformación capitalista que se nos ofrece -a muy buen precio, eso sí, oferta de 2x1 si se compra el pack de politización o hipocresía.

En resumen, la capitalización masiva de toda la cultura ha resultado en el retroceso intelectual social en nivel de demanda; si antes queríamos ver la odisea de Stanley Kubrick, hoy preferimos quedarnos -a falta de esta odisea, o estando presente en toda su naturaleza, según por donde se mire- con los animados tertulianos de Telecinco que nos amenizan la tarde y ocasionalmente sueltan alguna frase moralista que nos hace sentirnos realizados con nosotros mismos mientras ignoramos la infinidad de opciones que se alejan de nosotros a la velocidad de la luz.

Yo, que me despierto de mi siesta con el documental de La Dos, acabo preparándome unas palomitas y poniendo esa película que he visto un millón de veces acerca de lo bella que es la vida cuando te dan los buenos días como a una princesa, y que sé que veré otro millón más. La telebasura se la dejo a los productores sin escrúpulos.

                                                                                 -C.

10.07.2012

Estracto de "The Tomorrow Series 3: The Third Day, The Frost"

<<I lay there for about two hours, I'd guess. If I'd had a way of killing myself I'd probably would have done it then. The fact that I didn't has taught me something very important about life: that you never know what the next minute might bring. If you kill yourself, it might be seconds before something wonderful happens. What that afternoon brought mightn't seem so wonderful to others, but to me, at that moment, it was>>.
-----------------------------------------------------------------------------------

<<Estuve allí tumbada alrededor de dos horas, deduje. Si hubiera tenido una manera de suicidarme, probablemente lo habría hecho entonces. El hecho de que no la tuviera me ha enseñado una lección muy importante acerca de la vida: nunca sabes lo que el próximo minuto te puede traer. Si te suicidas, puede que sea segundos antes de que algo maravilloso ocurra. Lo que esa tarde me trajo puede no parecer tan maravilloso para otros, pero para mí, en ese momento, lo fue>>.

10.06.2012

Y tú, ¿qué harías?

<<Si desapareciera todo lo que ha creado El Hombre en la Tierra, ¿qué harías?>>

Lo primero que me viene a la mente es:

<<Morir>>.

Científicamente no soy lo suficientemente resistente; mi resistencia psicológica ante el dolor es prácticamente nula y mi condición física deja mucho que desea. He aprendido a sobrevivir en un mundo muy complejo y lleno de trampas, pero no sería capaz de hacerlo en el más simple de ellos: un mundo salvaje.

Por otro lado, aunque mi mente siempre está llena de pensamientos de rendición, de algún modo u otro siempre acabo luchando un poco más, llegando un paso más lejos, tomando una nueva respiración. De la misma manera sé que intentaría sobrevivir en este hipotético mundo salvaje. ¿Cómo? Con los mismos pretextos que sigo ahora, llevados a su esencia más básica.

"Vive y deja vivir", "Al que no le guste que no mire", "Ojo por ojo, diente por diente". Ésas serían las reglas más básicas que aplicaría a mi nueva forma de vida; no me interpondría en el camino de nadie, me sacaría mis propias castañas del fuego e intentaría buscar a alguien con quien compartir el trabajo. Podría sobrevivir algún tiempo, creo yo. ¿O intentaría construir un nuevo mundo según estos puntos de vista? Objetivamente me falta carisma, pero, hipotéticamente, sí, lo intentaría hasta que no me quedara un solo aliento que inspirar.

Con todo, ¿qué es lo que ha creado El Hombre? ¿Es la civilización, sin la que yo, hipotéticamente, no sobreviviría mucho tiempo? ¿Es la tecnología, de la que tanto disfruto? ¿Es, sin embargo, la maldad?

El Hombre ha creado muchas cosas buenas y muchas malas. Por muy poco que me guste, yo soy parte de "El Hombre", y si una vez pensé "El mundo estaría mejor si nos extinguiéramos", lo sigo pensando. Si todo desapareciera sería una buena forma de empezar de cero, pero ¿a dónde nos llevaría eso? ¿Cómo sería un mundo lleno de gente como yo? Puede que suene auto-derrotista, pero no me gustaría vivir ahí. Tampoco me gusta vivir aquí, pero eso me lleva a una conclusión final:

Está en la naturaleza del Hombre el crear y el destruir, pero no la de comprender, por lo que, si todo lo que hemos creado desapareciera, me gustaría desaparecer con ello como "honor" a mis raíces y mi legado.

<<¿Qué harías si todo desapareciera, pues?>>

<<Morir>>.